El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró que la rebelión protagonizada por policías en septiembre pasado y que se tradujo en su secuestro durante 11 horas, fue una “trampa política”, publicó hoy el periódico chileno El Mercurio.
“En verdad era toda una trampa política en que buscaban desestabilizar al gobierno”, indicó Correa, quien llegó el viernes a Chile para viajar este sábado a la Antártica junto al presidente Sebastián Piñera, aunque el mal tiempo impidió esa visita.
Correa dijo a El Mercurio que la rebelión policial “fue un intento de los que siempre pierden en las urnas de utilizar las armas, no para poner otro gobierno, pero al menos para desestabilizar al presidente, e incluso eliminarlo físicamente como al final intentaron”.
La sublevación policial registrada el 30 de septiembre pasado desembocó en la retención del presidente Correa en un hospital policial de Quito, y en su posterior rescate mediante un operativo militar-policial que dejó cinco muertos y más de 200 heridos.
En el episodio también se produjeron focos de insubordinación en la Fuerza Aérea y en el Ejército, por las mismas razones.
Correa aseveró que la oposición, “que en verdad no es oposición, sino conspiración, obstrucción, si a mí me reventaba un misil en la cabeza, habría sacado al día siguiente que me había suicidado. Así de simple”.
“O sea, ya cae a un nivel de irracionalidad extremo debido a sus odios y su frustración porque ellos
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