MANTA, (AFP).- Rechazada por el gobierno, defendida por empresarios y repudiada por pobladores, la presencia de los militares estadounidenses en Manta, es vista como la causa o la cura de todos los males en este puerto, casi una década después de su desembarco. El plazo de su estadía vence en noviembre de 2009, aunque las autoridades estadounidenses anunciaron su retiro anticipado, por lo cual han comenzado a desmantelarla, mientras buscan alternativas. "Teníamos abundante trabajo, pero la situación se fregó porque la presencia de los gringos atemorizó al contrabando de mercancías, que daba un gran dinero", expresó el transportista Byron Constante. El camionero es uno de los tantos que celebran la decisión del gobierno, de no renovar el acuerdo de cooperación que desde 1999 permite a Washington usar la base militar en Manta, para operaciones aéreas antidrogas que concluirá en noviembre de 2009. "Ya no entra contrabando. Ahora se vive principalmente de la actividad pesquera, y si se termina el pescado, Manta se queda sin nada", manifestó Constante. La "estampa de los gringos" ha fomentado la prostitución entre "jóvenes de casa, que anhelan el sueño americano", añadió. En cambio la cámara de Comercio de Manta está a favor del trabajo, realizado por el Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL por sus siglas en inglés). "Representa un gran aporte en el control del narcotráfico, brindando un concepto de seguridad a las exportaciones", dijo su director, Joselías Sánchez. Dijo que el comercio exterior se verá afectado al eliminarse ese "concepto de seguridad", que genera el FOL, el cual además apareció en el mapa geopolítico atrayendo también al turismo. Según el comandante del FOL, coronel Pat Curtis, la base norteamericana emplea a 176 ecuatorianos e inyecta unos 6.500 millones de dólares anuales en la economía local, sin considerar rubros como de luz y agua (60.000 dólares mensuales) y combustible para los aviones antidrogas. El 25 de octubre Correa afirmó que "en Manta está supuestamente la base, para la lucha contra el narcotráfico, pero allí aumentó el tráfico de alcaloides. Es decir esa base servirá para otras cosas y otros países, pero no al nuestro". Entretanto el presidente de la Cámara de Pequeños Industriales de Manta, Ricardo Delgado, lamentó la salida de las tropas norteamericanas y expresó que eso "preocupa enormemente a los sectores productivos". Un sistemaPor casi una década esta base ha sido parte del sistema casi invisible que ideó Washington, para cazar vuelos del narcotráfico, por lo cual cuando los militares norteamericanos abandonen sus instalaciones, será un hueco en la red. Manta opera coordinadamente con las base de El Salvador y Curazao. En Manta hay espacio para ocho aviones, entre ellos un Boeing 707 en versión avión radar, las naves de patrulla marítima tipo Orión P3 y Hércules C130, y naves de reabastecimiento en vuelo. Las naves realizan operaciones permanentes para rastrear, en un área de hasta 6.400 kilómetros de recorrido sobre el Pacífico, desde Perú hasta Centroamérica, incluyendo las islas Galápagos. Entre las naciones latinoamericanas Colombia, Perú, Ecuador y México integran esa fuerza de tarea internacional, con base en Florida. Desde 2000 las autoridades contabilizan el decomiso de 1.617 toneladas de cocaína por la acción conjunta de los FOL, a un valor de 3.560 millones de dólares, dijo a la AFP Marta Youth, agregada de prensa de la embajada norteamericana en Quito. Desde noviembre de 1999, Washington invirtió 71 millones de dólares para construir la base. Da empleo a 1.200 ecuatorianos, permitió ampliar la pista del aeropuerto manteño también utilizado para operaciones comerciales, logrando características internacionales. "El desafío es encontrar pequeñas embarcaciones pesqueras, botes rápidos y minisubmarinos construidos en Colombia, que pueden costar unos 2 millones de dólares y pueden transportar más de 10 toneladas de cocaína desde Sudamérica hasta California", añadió.
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